Los secretos no pueden esconderse ante la ciencia y la
inteligencia; y muchos menos, ante una buena amistad, solo ellos son capaces de
destapar las mentiras.
Entre las paredes de mi cuarto la verdad sale a la luz. Como
guardemos nuestros secretos… eso, es otra cosa. Algo es seguro, sea lo que sea
lo que intentamos esconder, nunca estaremos preparados para cuando llegue el
momento en que la verdad se desnude.
Los secretos como las
desgracias nunca vienen solos, se van acumulando hasta que se apoderan de todo,
hasta que no queda lugar para nada más, hasta que tienes tantos secretos que
parece que vas a reventar.
Llega un momento que no puedes seguir fingiendo, ni
escondiendo la verdad. Llega un momento que explotas y todo sale a la luz. Te
sientes desnuda, te decepciona ver cómo has sido capaz de engañar a tanta
gente, tanta gente que confiaba en ti y a la que quieres, pero lo hiciste,
porque pensaste que era lo mejor para ellos. Era más fácil decir que estabas
bien que mostrarte como realmente te sentías...
Está claro, que hubo algunos a quien tus mentiras no le hacían
efecto, que por mucho que dijeras o te escondieras en una nueva mascara...ellos
sabían la verdad, pero supongo que ellos también te mintieron cuando fingieron creérselo,
porque si tu lo hacías era por algún motivo y ellos te apoyarían de la forma
que quisieras.
Algo que la gente olvida es lo bien que se siente uno cuando libera sus secretos, sean buenos o malos al menos han sido destapados, te guste o no; una vez que los has destapado no tienes que esconderte tras ellos nunca más. El problema con los secretos es que incluso cuando crees tenerlo todo controlado… no lo está.
Cansada de esta
mascara que llevo puesta, de aparentar estar alegre y ser feliz cuando en
realidad lloro por dentro... Algunos detalles se escaparon, y a ratos mostré mi
verdadero rostro, sin mentiras, sin ocultar la certeza del dolor que me
envuelve.
Odio mentir...y llevo
mucho tiempo haciéndolo. Aparento ser otra, pero en realidad...soy solo un alma
solitaria, triste, inerte, y hecha pedazos.
Sin corazón, sin amor, ni cariño, esa soy yo. Mi verdadero yo.
Lamento haberos
mentido, pero era lo que debía hacer. Mostrarme risueña, feliz, contenta, como
si todo estuviera bien y mi vida fuera perfecta. Aunque, en realidad, todo mi
mundo se hubiera caído en pedazos y ya no me quedara nada por lo que luchar,
por lo que vivir, por lo que ser feliz. Pero no quería preocuparos.
Por el momento,
prefiero seguir así, no quiero escuchar a nadie, aunque sé que lo hacen por
bien...me riñen, me dicen que siga para adelante, que sea positiva y saldrán bien
las cosas, pero no puedo... Di todo y no sé si tendrá algún sentido, porque esto
es lo que conseguí... volver a caer, volver a sufrir.
Realmente todo se plantea mal, no sé. La verdad, que paso los
días pensando y pensando. Realmente, me cuesta levantarme, a veces, ni siquiera
encuentro razones para hacerlo. No sé, mi vida está vacía.
Tengo a mi familia y a mis amigos...pero no sé, es como que falta algo. Lo típico, tú me entiendes, aunque me grites desde el otro lado del espejo. Puede que me falte un abrazo que me haga sentir, un beso, caricias, moñerías. Si, las típicas tonterías de enamorada, puede que sea lo que necesito.
Tengo a mi familia y a mis amigos...pero no sé, es como que falta algo. Lo típico, tú me entiendes, aunque me grites desde el otro lado del espejo. Puede que me falte un abrazo que me haga sentir, un beso, caricias, moñerías. Si, las típicas tonterías de enamorada, puede que sea lo que necesito.
Dicen que las cosas bonitas se hacen esperar, pero ¿Cuánto vamos a pasar esperando? Se termina mi
vida...y la pase esperando. Solo se esperar...y no quiero...no quiero que
ocurra, no quiero volver a sentir lo mismo. No quiero volver a sentir, ni
volver a enamorarme. Aunque una parte de mi quiere, otra se niega a hacerlo,
porque volverá a pasar lo mismo. Te lo aseguro...siempre me pasa lo mismo...
Aparecerá él, a saber
en qué lugar y en qué momento, pero alguna día aparecerá. Me acostumbraré a él,
a su risa matutina. Me mandará mensajes bonitos, me dirá que me quiere. Me
hablará todos los días, diciéndome cuanto me hecha de menos. No, no lo hagas. No
vuelvas a sentir. Intentará hacerme ver que soy especial y será la misma
historia de siempre...
No quiero que ocurra, no
quiero que aparezca nadie que me haga volver a pasar por esto, porque volveré a
acostumbrarme. Lo haré, como siempre. Y llegará un día, que de repente, sea
todo distinto y será a mí, a quien le duela recordar todos esos
momentos...porque habrá sido culpa mía, como siempre. Siempre se termina por
mi culpa...
¡Que triste! ¿no? Es que yo sé, que ahora no volverá a funcionar nada igual, ya caí demasiadas veces en la misma piedra. Ya no confió en nada, ni en nadie. Mi corazón ha dicho un alto: ¡YA ESTA BIEN!
Parece como que ya el
cuento va cambiando. Ni yo misma lo entiendo, es como si dentro del mismo
enredo, hubieran posiciones a favor de un sí y otras a favor de un no. Estás
siempre han sido las mismas, pero ahora, tiran más las del no. No sé si me
entiendes, no quiero que lo hagas tampoco. Bueno, realmente, me da igual si lo
haces o no. Igual que a ti te ha dado igual todo hasta ahora. Tú siempre estas
al otro lado del espejo, culpándome porque ya no vives en tu mundo de las
maravillas. Es como que el pasotismo también se contagia. De todos modos,
vuelvo a caer en mi enredo, en mi propia contradicción.
Vuelves a gritarme
desde el otro lado del espejo...tú la enamorada del amor..me pides hablar, otra
vez te sientes con fuerzas de decirme algo, de reñirme por mi comportamiento...
Te echo tanto de menos,
pequeña. Sabes a silencio y a sueños, con melodías de ternura y tacto de
deseo. Sabes a mi mundo, a todo lo que anhelo. Habla...intenta hacerme cambiar de opinión, pero no lo conseguirás, ya no...
Quería contarte algo que pareces
haber olvidado. Algo sobre el amor. Es un sentimiento que te llena por completo
y te hace flotar, como si estuvieras en el limbo, como si tus pies no te
anclaran en la Tierra, porque ahora no es la Tierra quien te sostiene, tu
cabeza se echa a volar, dejando paso a un gran cúmulo de emociones que viven
dentro de ti y las ignorabas hasta ese preciso instante. ¿Recuerdas esas
sensaciones? Como se te cortaba la respiración al verlo y se te aceleraba el
pulso... cuando esas emociones desaparecen, transformándose en otras que dan
paso a sufrimiento y dolor, deja de ser amor, pasa a ser el mayor de los
infiernos. Has de saber, que el mundo no se acaba por un amor fallido, ni
tampoco por 50 amores fallidos. Has de saber, que no porque te hayan tratado
mal, sea lo que te merezcas o no tengas derecho a aspirar a algo más, porque
precisamente, personas como tú, como yo, como todas las que estén sufriendo,
necesitan de ese amor, ese que nos brindan otras personas y como unas necias
rechazamos porque preferimos el dolor, nos puede la costumbre, la rutina.
Lo ves tan fácil desde el
otro lado...¿Cómo voy a ser feliz yo? Eso no está hecho para mí. No me cuentes las historias que te creíste hace años, porque
he crecido, he visto y sentido que no son ciertas. Tú sigues siendo una niña
inocente, que mira desde el otro lado del espejo. Una chiquilla que solo me
recrimina por cosas que no entiende.
Déjame decirte que te equivocas
de nuevo. A veces solo tienes que dar un paso para darte cuenta de todo lo que
hasta ese momento ignorabas, y si ese paso resulta no ser certero, no te
preocupes, el camino no se acaba allí y errores cometemos todos. Aprende a
amarte y aprende a amar y así descubrir mil cosas que hasta ahora ignoras. Y si
algún día vuelves a caer tan profundo, úsame como salvavidas, porque estaré aquí
siempre, al otro lado del espejo, con los brazos abiertos, tenlo en cuenta.
En ocasiones te
sientes ermitaña. Entiendes que estás bien dentro de tu carcasa, que tu concha
te protege de problemas, dilemas, discusiones, daños, sufrimiento y posteriores
lloros. Sabes que algún día tendrás que salir de ahí, sabes que en algún
momento te verás sola ante el peligro.
Todos te preguntan:
¿Por qué no destruyes esa carcasa?, yo siempre contesto: Aquí nadie te hace
daño. Pero un día, alguien, supongo que la pequeña dama del espejo, me susurró:
Si, te lo haces tú misma.
Hoy quiero contarte
que estoy bien, que una vez más he vuelto a salir a flote. Gracias a ti, a
tus palabras y a tus recuerdos. No he llegado a la orilla, pero me conformo con
haber conseguido respirar de nuevo. Muchas veces te he dicho esto, quizás
demasiadas. Hoy estoy convencida que no volveré a caer, me has vuelto a abrir
los ojos. Mi pequeña niña morena, tú, la musa etérea.
El problema, es que
siga igual de convencida mañana. De eso no estoy tan convencida...
ADA
Voy a sonreír como si nada estuviese mal, hablar como si
todo estuviese perfecto, pretender que es un sueño, y aparentar que no hace
daño. Pero en el fondo...
...duele.
No hay comentarios:
Publicar un comentario